De Víctor Parra a José Carlos Tello
Todo el que ha jugado al fútbol encontró en casi todos los equipos jugadores especiales en una cosa; son esas personas que, por decirlo de alguna manera, son más valientes que la media. Yo, por suerte, he conocido a bastantes de estos tíos; son personas con las que uno, futbolísticamente hablando, iría a cualquier sitio, te hacen sentir seguro; si en algún momento te temblaban las piernas, saber que están por allí te da el plus de valor del que uno carece; incluso te lo contagian y te hacen parecer más valiente y más seguro de lo que en realidad eres.
Ya digo, mi lista es amplia, desde Gil en el Ceuta, pasando por Quico Rodríguez y Antonio Quero en Fuengirola, Añón y Agustín en Marbella y muchos más, que en partidos donde estaba la cosa regular por el ambiente en contra, la importancia del partido, los contrarios, circunstancias externas... El que ha jugado al fútbol sabe de qué hablo... Estos individuos estaban, si cabe, más enteros y hacían que tu ánimo y la seguridad en ti mismo fueran la propia para dar lo mejor de ti.
Para explicarlo mejor, voy a poner dos ejemplos, uno de mis comienzos y otro que yo considero casi el fin de mi carrera.
En la temporada 1974-75, yo, con mis 16 años, llegué a Madrid con mi timidez a cuestas y sin saber realmente dónde estaba, pero a un adolescente de la época, fichar por el At. de Madrid le suponía llegar al cielo. El juvenil del Atlético era un magnífico equipo; casi todos llevaban más de un año en el equipo, menos cinco nuevos, quizás alguno más, pero yo recuerdo a Corchado, Juanin, Juan Carlos Díaz, yo y mi protagonista Víctor Parra...
La primera vez que me fijé en él de manera que vi el carácter de Parra fue al terminar uno de los entrenamientos; había poca agua caliente y, en fin, los más veteranos se duchaban primero, haciendo gala de estatus o de saber cómo funciona la cosa... (Hablar de ser veterano en un equipo de juveniles suena regular). Uno de esos "veteranos" y el que más iba de "listillo" era Brito, un canario que no era mal chaval, pero era un poco rarillo; estaba creidillo y quería marcar más territorio de la cuenta... El caso es que Parra llegó antes a la ducha; el tal Brito quiso hacerse el listo y sacarlo de la ducha... Y no, no lo sacó y Parra a Brito y a todos los demás les mandó un aviso que a nadie le pasó desapercibido; era nuevo en el equipo, solo eso... nuevo.
Yo soy de su misma edad y por eso y porque es una excelente persona, pues hicimos una buena amistad, y además en el campo era de estos tíos de los que trata el post, y no venía solo; Víctor Parra tenía unos amigos, "colegas", como se dice hoy día, que nos acompañaban a casi todos los partidos y si con Parra te sentías bien en el campo, sabiendo que estaban sus "colegas", aún más. Antes se jugaba el partido dentro del campo y había otro partido que se jugaba en las gradas y era importante tener buenos "jugadores" en esa parte del campo...
La segunda temporada , la primera división de juveniles de Madrid se dividió en dos grupos en uno era cabeza de serie el Real Madrid y en el otro era cabeza de serie el At de Madrid...Y en nuestro grupo había como siete equipos dependientes directamente del Real Madrid y a la cabeza el Magerit ( hoy día es el nombre de un equipo femenino de fútbol )...es decir el Magerit empezaba con 12 puntos...( las ligas eran de dos puntos la victoria ) , ningún equipo dependiente de la misma casa se atrevería ni a empatar , además tenían un buen equipo ...A lo que voy ..El penúltimo partido de liga jugábamos en Aravaca llevábamos un punto de ventaja al Magerit y el Aravaca a pesar de ser independiente era pro Madrid y estaban terceros y ganar al At de Madrid era un plus , en esa época mas , además para darle mas tema al partido se presentaron allí los componentes del equipo de Magerit en un acto un poco chulesco , del que después alguno de ellos se arrepintió .
Había mucha, pero mucha gente viendo el partido, pero después de hacer un gran partido, ganamos 1-3. Al final del partido, incitado por los jugadores del Magerit y algún imbécil del equipo contrario, hubo una invasión de campo con la finalidad de agredirnos... Pero no contaban con Parra y sus colegas... Estos entraron en el campo y en dos minutos se les quitó las ganas a los Mageritenses y demás "valientes" de seguir con el tema de la agresión e hicieron bien... No hubiera sido un buen negocio para ellos; alguno lo comprobó...
Mi amigo Parra después fue entrenador de mi hijo y, por lo visto, su carácter sigue intacto, un gran tipo.
Pasa el tiempo, llego a la temporada 1988-89 en el At. de Marbella y allí coincido de compañero con Jose Carlos Tello; yo lo conocía de rival, otro de esta raza de jugadores a los que me refiero... Un tío que fuera del campo no puede ser más tranquilo, pero dentro del campo es otra cosa y si vas por las buenas, perfecto, luchas, peleas con él sin problemas... Pero si vas por las malas, vas a tener un gran dolor de cabeza...
Ese año, en el partido en casa con el At. Sanluqueño, ellos venían invictos; era el partido previo al parón navideño. Yo estaba recuperándome de una lesión de ligamentos cruzados y, por circunstancias, estaba al cargo del equipo como entrenador... un lío... El partido fue duro, pero nada especial, ganamos 3-0, pero ellos no digirieron bien la derrota y su entrenador, un tal José Carlos Díaz, se encargó de más o menos decir que les habíamos robado y no sé cuántas tonterías más y que en el partido de vuelta nos esperaban...
Y es verdad, nos estaban esperando; el tal José Carlos Díaz, que iba de tío guay, lo tenía bien preparado... Nos desplazamos 15 jugadores y el delegado, ni un solo aficionado, ni directivos, ni nadie. Nuestro presidente me dijo que iba a venir y yo le dije que, por favor, no viniera, que iba a ser peor, y allí nos presentamos con un ambiente de lo más desagradable que he vivido.
...Yo ya había adquirido experiencia y tampoco me asustaba con facilidad y tenía a algunos compañeros muy bregados, pero sobre todo teníamos a Tello y eso era mucho tener... También en mi equipo había alguno que estaba muy muy asustado...
Antes de los partidos, lo normal era que estuvieras en el terreno de juego mirando; yo, como hacía de entrenador, fui en un momento dado al vestuario y me encontré a un jugador vestido de futbolista, cuando aún no había dicho ni el equipo que iba a jugar... Antes, la alineación era del 1 al 11 los titulares y hasta el 15 los suplentes, pues este se había puesto la camiseta número 15.
...¡Se había vestido de suplente!...
Le dije: "Cámbiate de camiseta que vas a jugar de titular"; se puso blanco...
Este chico medía 185 cm y era delantero; el chaval ganaba un buen dinero y venía como revulsivo, entre otros. Si alguna vez piensa en este partido, imagino que sentirá algo de vergüenza; le faltaba lo que a Tello le sobraba. Ni que decir tiene que lo tuve que quitar a los 25 minutos y nunca vi un tío más feliz de salir de un terreno de juego...
El partido fue un infierno, pero empatamos y Tello demostró lo que ya sabíamos, que con tipos así se puede ir a cualquier sitio, sea a jugar al fútbol o donde sea.
De cada uno de ellos, de los que nombré en este post, podría contar cosas similares, pero elegí estos dos por ser el uno cuando uno andaba con la ilusión juvenil de jugar a esto y no paras de soñar en ser un gran jugador, y el otro porque ya cuando las luces del fútbol se apagaban, pero aún sentía orgullo de conocer y ser compañero de gente así.
he tenido el placer de jugar con gil en ceuta, con quero y quico en Fuengirola y con tello en el betis, corroboro todo lo que has dicho. A Tello de le decíamos el guerrero del antifaz.
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